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Top 10 de las actividades que hacer en familia cuando llueve en Cusco

Incluso bajo la lluvia, es posible crear recuerdos inolvidables en la capital de los Andes. ¡Cusco es una ciudad mágica que merece ser descubierta en cualquier época del año!

Sin embargo, a más de 3.300 metros de altitud, es común que las nubes y la lluvia estén presentes, especialmente entre noviembre y marzo, durante la temporada de lluvias. Cuando se viaja en familia, un día lluvioso puede convertirse rápidamente en un quebradero de cabeza… a menos que se tengan buenas ideas.

Afortunadamente, Cusco está lleno de actividades interesantes, lúdicas y bajo techo, perfectas para compartir momentos únicos con sus hijos y descubrir la cultura peruana desde otra perspectiva.

Aquí les presentamos nuestra selección de las 10 mejores actividades familiares para disfrutar en Cusco cuando llueve:

1. El museo del chocolate

El ChocoMuseo, ubicado en pleno centro histórico, ofrece talleres interactivos para que puedan fabricar sus propias tabletas o trufas a partir de granos de cacao peruano.

A los niños les encanta mezclar, moldear, decorar y, sobre todo, ¡degustar!
Mientras tanto, los padres pueden descubrir en el museo la historia del cacao, las técnicas artesanales y los secretos del chocolate orgánico de los Andes. Podrán observar todas las etapas de elaboración del chocolate, desde la semilla de cacao hasta la creación del producto final.

Esta actividad tiene una duración de entre 1 hora y media y 2 horas.

Les recomendamos reservar con antelación al (+51) 973 190 608 o a través del sitio web Cusco – ChocoMuseo.
¡Incluso podrán llevarse a casa sus propias creaciones personalizadas!

2. Visitar el Planetario de Cusco

Ubicado en Llaullipata (dentro del parque arqueológico de Sacsayhuamán), a unos 10 minutos en coche desde la ciudad de Cusco, el Planetario de Cusco ofrece una experiencia inmersiva fascinante para toda la familia.

Gracias a proyecciones en domo y explicaciones accesibles, descubrirán las constelaciones incas, la visión astronómica de los quechuas y la profunda relación entre el cielo y la espiritualidad andina.
Un momento mágico, educativo y cautivador para los niños curiosos.

Tendrán la oportunidad de explorar el universo desde una perspectiva totalmente nueva y única. Ya sean apasionados de la astronomía desde siempre o simplemente sientan curiosidad por las maravillas del espacio, el planetario tiene algo que ofrecer a cada visitante.

El planetario abre por la tarde y las explicaciones están disponibles en francés y en inglés.

Para obtener más información y reservar su actividad, pueden visitar la página web del planetario: Home – Planetarium Cusco

3. Hacer un taller de artesano

La lluvia es una excelente oportunidad para quedarse en interiores y crear con sus propias manos.
Varios talleres locales en Cusco ofrecen sesiones para aprender técnicas artesanales tradicionales: fabricación de joyas, tejido, pintura en cerámica, entre otras.

A pocos pasos de Cusco, en el Valle Sagrado, les proponemos un taller de fabricación de joyas con niños provenientes de entornos modestos. Son ellos quienes, con una alegría y un orgullo contagiosos, les guiarán en la creación de sus propias pulseras artesanales, antes de realizar un anillo de plata único. Recuerdos personalizados para toda la familia. Es una hermosa manera de apoyar una iniciativa solidaria y, al mismo tiempo, llevarse a casa una joya cargada de significado.

¡Vivan un momento de transmisión, de intercambio y de creación en Cusco!
Hagan clic aquí para tener una vista previa de la actividad.

4. Visitar la Catedral de Cusco

Este gran edificio antiguo no es solo un lugar religioso, sino un verdadero viaje en el tiempo, lleno de historias.

Al entrar en la catedral, están pisando las huellas de los incas y los españoles. La iglesia fue construida hace más de 450 años. Levantada entre 1559 y 1654 sobre los cimientos del palacio del inca Wiracocha, la catedral refleja la compleja historia de la conquista española. Los conquistadores construyeron deliberadamente este edificio cristiano sobre un sitio sagrado incaico para marcar la dominación de la nueva religión. Combina principalmente los estilos gótico, barroco y renacentista.

Los artistas que decoraron la catedral eran quechuas. Aprendieron a pintar al estilo europeo, pero conservaron sus propias ideas y tradiciones en sus obras.
Por ejemplo, el cuadro de «La Última Cena» de Marcos Zapata representa la famosa escena del último encuentro de Cristo con sus apóstoles, pero con elementos sorprendentes y locales, como plato principal el cuy, el conejillo de Indias, un plato muy típico de Cusco.
Esta obra es mucho más que una simple reproducción religiosa: es una expresión del sincretismo cultural.

Consejo: opten por una visita breve y entretenida de 30 a 45 minutos, y jueguen juntos a identificar los detalles curiosos del monumento.

5. Hacer una clase de cocina peruana

Cocinar juntos es un placer universal. En Cusco, varias escuelas de cocina ofrecen clases adaptadas para familias, donde grandes y pequeños pueden aprender a preparar platos típicos peruanos como las empanadas, el lomo saltado o postres elaborados con maíz morado o quinoa.

Los niños pueden participar en cada etapa bajo supervisión, y descubren los sabores locales de una manera divertida y educativa.

La gastronomía peruana es hoy una de las más ricas y variadas del mundo, fruto del mestizaje entre las tradiciones culinarias originarias y las influencias españolas, africanas, chinas y japonesas.
Cada región del Perú ofrece una increíble diversidad de productos únicos, como el maíz multicolor o las 3.000 variedades de papa.

Consejo: elijan una fórmula corta (2 a 3 horas) e interactiva.

6. Divertirse en un café ludico

En días de lluvia, no hay nada mejor que una bebida caliente en una cafetería. Algunos establecimientos de Cusco ofrecen juegos de mesa, libros infantiles, dibujos para colorear o incluso juegos de construcción para entretener a los más pequeños.

Les recomendamos Eureka Café Lúdico, ubicado en Calle Manco Inca 222, Wanchaq. Es ideal para una pausa a mitad del día.
Si buscan una cafetería más original, Catfetin Cat Café propone juegos de mesa, pero también es un espacio cálido y relajante donde los visitantes pueden disfrutar de una bebida o un pastel, mientras comparten el momento con gatos que circulan libremente por el lugar. Es una experiencia única que a los niños les encanta. ¡Pueden acariciar a los gatos, jugar con ellos e incluso adoptarlos si se enamoran de alguno!

Si buscan una actividad para comenzar la noche, el hotel Andenes del Sol, a solo unos pasos de la Plaza de Armas de Cusco, organiza noches de pizza todos los jueves. Podrán preparar su propia pizza según sus gustos y disfrutar de juegos de mesa en familia.

Cada viernes por la noche tiene lugar un evento con música en vivo y, para la cena, se sirven choripanes acompañados de papas fritas belgas. También tendrán la oportunidad de compartir un momento agradable jugando a juegos de mesa en familia.

7. Visitar un taller de tejido tradicional

A pocos minutos del centro, el Centro de Textiles Tradicionales de Cusco ofrece demostraciones fascinantes de tejido tradicional.
Desde el hilado de la lana hasta la creación de complejos diseños en telares tradicionales, artesanos apasionados, vestidos con sus trajes típicos, realizan demostraciones en vivo y explican con claridad y entusiasmo los gestos transmitidos de generación en generación.

Las familias pueden observar cada etapa, hacer preguntas e incluso probar algunas técnicas básicas. Es una actividad ideal para los niños curiosos que disfrutan viendo cómo se fabrican las cosas.

Es una verdadera lección de paciencia y cultura, que sensibiliza a los más pequeños sobre la importancia del saber hacer ancestral.
En el lugar también hay un pequeño mercado artesanal donde podrán adquirir recuerdos tradicionales, todos hechos a mano por las comunidades quechuas apoyadas por el centro: bufandas, gorros, bolsos o pequeñas muñecas, cada pieza es única.

Al comprar directamente en el centro, contribuyen al mantenimiento de estas tradiciones y al apoyo de las familias locales.

8. Descubrir los mercados cubiertos de Cusco

Los mercados son universos sensoriales perfectos para despertar la curiosidad de los niños.
El Mercado San Pedro, ubicado cerca de la Plaza de Armas, es una visita obligada. Fue inaugurado en 1925 y su edificio emblemático fue parcialmente diseñado por Gustave Eiffel.

En este mercado encontrarán frutas exóticas, jugos de colores, puestos de especias, artesanías y juguetes.
Pueden descubrir una fruta desconocida, probar una bebida nueva y llevarse recuerdos originales para toda la familia.

Al fondo del mercado se encuentran los comedores populares, pequeños restaurantes donde podrán almorzar comida local a precios muy accesibles.

También hay puestos de herboristería tradicional, donde curanderas ofrecen remedios naturales, hojas de coca e incluso rituales andinos de purificación.

9. Asistir a un espectaculo tradicional

Algunos centros culturales en Cusco ofrecen espectáculos de danzas folclóricas en interiores, accesibles para toda la familia.
Colores vivos, trajes brillantes, música dinámica… incluso sin entender todo, los niños suelen quedar fascinados.

El Centro Qosqo de Arte Nativo presenta espectáculos todas las noches, de lunes a domingo, incluidos los días festivos, a partir de las 18:30 h.
El establecimiento se encuentra en Av. El Sol 872, Cusco. Allí podrán observar danzas carnavalescas, rituales, guerreras y agrícolas, acompañadas de momentos musicales.
Por ejemplo: el Carnaval de Tinta, el Sonconacuy, el Carnaval Cusqueño, la danza Checamarka, el Carnaval de Catcca, el RuniQuechunacuy, la danza Qoyacha, entre otras.
Tendrán la oportunidad de apreciar los colores, los trajes, el ritmo, y la forma en que los cusqueños expresan sus emociones a través de la danza y la música.

Les recomendamos llegar con un poco de antelación para conseguir buenos asientos.

Pueden reservar sus entradas a través del sitio web: Centro Qosqo De Arte Nativo – «Primera Institución folklórica del Perú»

10. Realizar un taller de cerámica

Realizar un taller de cerámica en familia en Cusco es una forma maravillosa de descubrir la cultura local mientras crean un recuerdo único y personalizado.

La cerámica en Cusco es un arte ancestral heredado de las civilizaciones precolombinas, especialmente de las culturas quechua e inca, que utilizaban la cerámica tanto en la vida cotidiana como en rituales espirituales.
Fabricada con arcilla local, la cerámica cusqueña se caracteriza por sus formas sencillas, a menudo inspiradas en la naturaleza, en animales sagrados como el cóndor, el puma o la serpiente, y en la cosmovisión andina.
Los alfareros emplean técnicas tradicionales, transmitidas oralmente de generación en generación, y decoran sus piezas a mano con pigmentos naturales en tonos ocres, rojos, marrones y negros.
Entre sus creaciones se encuentran objetos utilitarios como jarras, cuencos y platos, pero también piezas decorativas y simbólicas, como los famosos toritos de Pucará, pequeños toros de cerámica protectores que suelen colocarse sobre los techos de las casas andinas.

La mayoría de los talleres de cerámica comienzan con una presentación sobre la rica y fascinante historia de la alfarería peruana. Luego, un artesano experimentado les acompaña paso a paso en el proceso de creación, desde la preparación del barro hasta la cocción de su obra final.

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