Cuando uno viaja por Perú, se topa rápidamente con estos animales tan especiales para los europeos. Se encuentran en las calles de Cusco, en los mercados y en las montañas del Valle Sagrado. Los turistas suelen decir «¡mira, una llama!» cuando en realidad no lo es, se trata de una alpaca. Y si se sale un poco de los caminos trillados, quizá descubra que hay otros animales que se parecen a las llamas y las alpacas. Son los guanacos y las vicuñas, especies más salvajes pero igual de emblemáticas de los Andes. Y sin embargo, para el ojo no acostumbrado, se parecen mucho. El objetivo de este artículo es explicar las verdaderas diferencias entre estos cuatro animales, que forman parte de la gran familia de los camélidos sudamericanos.
Un antepasado común:
L’alpaga, le lama, le guanaco et la vigogne sont des cousins proches. Ils appartiennent tous à la même famille, celle des camélidés, qui regroupe aussi les dromadaires et les chameaux. Mais contrairement à ces derniers, ils vivent dans les régions andines, souvent à plus de 3 000 mètres d’altitude. Parmi les quatre, deux sont domestiqués depuis longtemps : le lama et l’alpaga. Les deux autres, le guanaco et la vigogne, vivent encore à l’état sauvage, même si certaines populations sont protégées ou gérées dans des réserves. Tous ont un rôle important dans les traditions andines, que ce soit pour leur laine, leur force de travail ou leur simple présence dans les paysages.
El más conocido, la llama:
Le lama est sans doute le plus connu, et aussi le plus grand. Il peut peser jusqu’à 150 kilos, ce qui en fait un excellent animal pour porter des charges. Les communautés andines l’utilisent depuis des siècles pour transporter toutes sortes de choses sur les chemins de montagne. Le lama a une silhouette élancée, un long cou, un museau assez allongé et surtout de grandes oreilles et une longue laine. Il a une démarche tranquille mais déterminée. C’est un animal robuste, qui peut être un peu têtu, et qui a la réputation de cracher quand il est énervé. Ce n’est pas une légende : le lama crache surtout sur ses congénères quand il veut affirmer sa dominance, mais il peut aussi viser un humain s’il se sent agressé. Malgré tout, il est très utile dans les régions andines, non seulement pour le transport, mais aussi pour sa viande, sa peau et parfois sa laine, même si celle-ci est de qualité moyenne par rapport à d’autres camélidés.
Las alpacas y su lana:
Las alpacas se confunden a menudo con las llamas, pero son bastante diferentes. Para empezar, son más pequeñas y ligeras, pesando generalmente entre 55 y 65 kilos. Su cabeza es más corta y redondeada, lo que le da un aspecto simpático muy apreciado por los turistas. Sus orejas son rectas y más pequeñas que las de la llama. Lo que realmente las hace únicas es su lana: muy gruesa, increíblemente suave, cálida y ligera. Esta es la principal razón por la que se crían. La alpaca es más tranquila que la llama, escupe menos y es más sociable, sobre todo si ha crecido en contacto con humanos. En muchas regiones andinas, su lana es una importante fuente de ingresos, ya que es buscada en todo el mundo para la confección de prendas de calidad. Ponchos, gorros, bufandas y jerseys de lana de alpaca son muy populares en los mercados locales.
El guanaco, una especie salvaje:
Más al sur, en algunas zonas remotas de Perú, encontramos otra especie de camélido: el guanaco. Vive en estado salvaje, a veces en zonas áridas o semidesérticas, pero también en las altas mesetas de los Andes. Es un animal esbelto y elegante, de pelaje corto de color beige a marrón claro y vientre blanco. Es más delgado que la llama, pero más alto que la alpaca. Tiene la cabeza fina y las orejas largas y rectas. El guanaco es muy rápido. Huye en cuanto detecta la presencia humana. Puede correr a más de 50 km/h, lo que le permite escapar de los depredadores en entornos a veces muy abiertos. Aunque no está domesticado, su lana es de buena calidad. Se cosecha en determinadas reservas en condiciones controladas.
La vicuña, la perla de los Andes:
Por último, la vicuña, sin duda la más discreta, pero también la más preciosa. Es la más pequeña de las cuatro especies. Vive a gran altitud, a menudo por encima de los 4.000 metros, en regiones muy aisladas. Tiene un pelaje corto, de color beige dorado brillante, con el vientre blanco. La vicuña ha estado amenazada de extinción durante mucho tiempo por su lana, la más fina y cara del mundo. Esta lana es increíblemente suave, ligera y cálida. Es tan valiosa que la ropa de vicuña puede costar varios miles de euros. Hoy en día, la caza de vicuñas está prohibida y sólo pueden esquilarse cada tres o cuatro años, en el marco de ceremonias tradicionales llamadas chaccu. Durante estas ceremonias, los animales son capturados en recintos temporales, esquilados a mano y liberados.
Conocer la diferencia entre estos cuatro animales es también una forma de comprender mejor la cultura andina. Desde la época de los incas, los camélidos han formado parte de la vida cotidiana de los pueblos de los Andes, antes que la vaca o el caballo. Proporcionan lana, alimento y transporte, y también tienen un gran valor simbólico. Por ejemplo, la vicuña es actualmente el animal nacional de Perú. Está protegida por la ley e incluso figura en el escudo del país. La alpaca, por su parte, se ha convertido en un símbolo del turismo peruano, pero también sigue siendo esencial para la economía de muchas familias serranas. La llama sigue utilizándose en los campos remotos para transportar cosechas y mercancías.
En resumen, aunque llamas, alpacas, vicuñas y guanacos comparten un ancestro común y pueblan las tierras altas andinas, cada uno tiene sus propias características físicas, comportamiento y usos. Entender sus diferencias nos permite comprender mejor la riqueza de la cultura andina y el papel esencial que desempeñan estos camélidos en la vida local